Una Sociedad poco inclusiva
Según las estadísticas del Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (INEC), la provincia de Pichincha tiene 60.000 habitantes con discapacidad de los cuales el 42% padece discapacidad física, el 22% intelectual, el 16% auditiva, 11% visual y el 6% psicosocial. De este número de habitantes, la gran mayoría tiene una vida sedentaria o dependiente de la persona que lo cuide y los ciudadanos no los ayudan cuando los ven en la calle, en apuros o con inconvenientes.
La ciudad tampoco está construida de manera inclusiva para que ellos puedan movilizarse o pasear de manera normal, también los pocos deportistas que practican deporte en Quito, no tienen los espacios necesarios para entrenar y prepararse de mejor manera.
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En el siguiente PDF del Ministerio de Salud Pública y la CONADIS (Consejo Nacional de Igualdad de Discapacidades) se podrá profundizar de mejor manera el número exacto de personas con discapacidad en cada Provincia del país, su nivel de discapacidad, género, trabajo, estudios, beneficiarios del bonos y demás.
Periodistas deportivos ante la coyuntura
"Los medios necesitan vender y por eso no dan cobertura a otros deportes"
Juan Fernando Laso
"La cultura ecuatoriana consume 75% fútbol porque es la más organizada y al resto las deja olvidadas"
Alberto Astudillo
¿Quito tiene una ciudad inclusiva?
La ciudad de Quito tiene pocos lugares inclusivos para las personas con discapacidad, pero los sectores más concurridos o de mayor afluencia de gente, carecen de espacios necesarios para este grupo de personas. Ya sea un letrero con leguaje de señas para sordos o mudos, sonidos que alerten a los ciegos o braille para que puedan leer con los dedos.
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En este experimento socia se busca mostrar a las personas convencionales lo complicado que es para una persona con discapacidad movilizarse por la ciudad solo, ya que con compañía es más fácil, pese a que se sigue teniendo la ausencia de varias herramientas para que sea una sociedad inclusiva.
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Una capital deficiente
Desde que uno es niño tiende a tropezar, golpearse, caer y siempre lastimarse. De adulto esto es algo extraño e inoportuno, pero en Quito hay cientos de personas con discapacidad que a diario sufren accidentes o percances para movilizarse y caminar por una ciudad que no está diseñada o se adapta a la inclusión. En Quito hay alrededor de 3 millones de habitantes, de los cuales casi 20% de personas padecen algún tipo de discapacidad ya sea física, visual, auditiva o psicosocial y nadie les la importa que se merecen.
Es irónico que en Ecuador el Presidente de la República tenga discapacidad y no tome las medidas necesarias para ayudar y velar por este sector tan olvidado. En años anteriores, cuando fue vicepresidente con su misión Manuela Espejo o Plan toda una vida, ayudó a muchas personas, poco a poco se fue apartando de esta iniciativa que casi le da un premio Nobel de la paz.
Lastimosamente todo ese esfuerzo ahora no se ve reflejado y la capital sufre los estragos, tan solo en sectores de gran afluencia de personas como las Naciones Unidas, Parque el Ejido o parque Bicentenario tienen algunas señalizaciones para personas con discapacidad, como suelos especiales, sonidos en los semáforos, braille en las paradas de bus o rampas para personas en sillas de ruedas.
Así pasen 10 o 15 años, Quito y el Ecuador seguirán atrasados en cuestiones de inclusión por la falta de visión y poco aporte que da a las personas con discapacidad, un problema que es cultural y que la sociedad no más allá de sus necesidades diarias.